Ni las mujeres enardecidas que ayer tiraron parte de su muro, ni las otras mujeres que un día antes lo convirtieron en un homenaje a los cientos de miles de víctimas del feminicidio en México, ni algunas de las voces femeninas y feministas más lúcidas de este país que le piden comprender y entender que las demandas y reclamos de las mujeres no son un tema político y que su lucha no tiene partido, han logrado que Andrés Manuel López Obrador se mueva un ápice en su percepción conspiracionista sobre las protestas y movilizaciones de las mujeres mexicanas y mucho menos que el presidente rompa el pacto de impunidad que mantiene a Félix Salgado Macedonio, con todo y las acusaciones de violación en su contra, como candidato firme de Morena al gobierno de Guerrero.
Es tanta la obcecación presidencial en defender a un personaje tan cuestionado como Salgado Macedonio, aún con los costos que eso le está significando y le puede significar al gobierno de la 4T y a Morena, que no son pocos los que se preguntan ¿qué le debe López Obrador a Félix o qué tipo de pacto inquebrantable existe entre los dos políticos como para que el mandatario nacional asuma como propio el golpeteo que significa la postulación de una figura que incluso enfrenta denuncias penales por presunta violación y convierta este tema en una especie de declaratoria de guerra contra los colectivos feministas y grupos de mujeres que le piden no apoyar al guerrerense?
Las consignas que el domingo por la noche le pusieron las mujeres en la fachada del Palacio Nacional, donde se leía perfectamente con enormes letras de luz proyectadas sobre la pared de cantera y tezontle: “Un violador no será gobernador”, significan, por mucho la manifestación de protesta más fuerte y significativa que haya ocurrido en el edificio que hoy es sede del poder presidencial. Ni siquiera las pintas de algunas otras manifestaciones o hasta el intento de entrar por la fuerza y prenderle fuego a la histórica Puerta Mariana, mandaron un mensaje tan grave y contundente no sólo al país sino a todo el mundo, como la expresión pacífica y artística de las decenas de mujeres que intervinieron el muro de vallas metálicas en torno a Palacio Nacional y lo convirtieron en un monumento para recordar a las mujeres muertas por feminicidio, mientras con un proyector de luz colocaban sobre el balcón central del Palacio, desde donde siempre preside el presidente ceremonias y desfiles, las dos leyendas que parecían epitafios para el gobierno de López Obrador: “México Feminicida” y “Un violador no será gobernador”.
A la pregunta de por qué el presidente está dispuesto a “morirse en la raya” con la candidatura de Félix, fuentes de Palacio nacional nos respondieron que López Obrador está convencido de que todas las acusaciones que se le formulan a Salgado Macedonio tienen un “trasfondo político”. El no cree que haya violado a las mujeres que lo denuncian y está convencido de que todo esto se lo están manejando políticamente. “¿Por qué hasta ahora que fue candidato y no antes le sacaron esas denuncias?”, ha preguntado el presidente en reuniones internas donde ha tocado el tema con sus colaboradores más cercanos.
Según el análisis político que le han presentado al presidente sus asesores hay dos grupos detrás de la “campaña” contra Félix Salgado que han movido el tema y presionan para su destitución de la candidatura: uno es el que encabeza el priista Manuel Añorve, que tiene rencillas históricas con el morenista e intenta evitar a toda costa que sea gobernador; y el otro es de casa, de la misma 4T y lo encabeza Irma Eréndira Sandoval, impulsando la fallida candidatura de su hermano Pablo Amílcar Sandoval. La secretaria, dicen en Palacio, está obsesionada y dedicada a tumbar a Salgado Macedonio y opera con información y grupos que presionan en el estado para minar al candidato. A pesar de que su hermano Pablo Amílcarya anunció públicamente que renunciaba a cualquier aspiración y no quiso participar en la última encuesta, detrás de eso estaba la intención de buscar que también Félix declinara y se dejara pasar a una candidata mujer, cosa que no aceptó Salgado.
Ha sido tan intensa la operación y la obsesión de Irma Eréndira en Guerrero, que incluso ya generó molestia en el presidente y una señal de eso fue el lugar, en tercera fila, que le dieron ayer 8 de marzo, en la conferencia mañanera donde la titular de Función Pública apareció relegada, muy atrás en la presentación de las mujeres de la 4T. “Lo que ocurrió con los Sandoval, explica una fuente de Presidencia, es que malinterpretaron al presidente. Cuando Pablo fue a preguntar a Palacio Nacional si podía renunciar para contender por la candidatura en Guerrero, la respuesta que le dieron fue que adelante, que renunciara y participara y si el ganaba la encuesta sería el candidato. Nunca ganó la encuesta y aun así se inconformó y comenzó a cuestionar los resultados”, comentó un colaborador del presidente.
La molestia de López Obrador con los hermanos Sandoval se agudizó cuando un reporte del Centro Nacional de Inteligencia, que comanda el general Audomaro Martínez Zapata, documentó una reunión entre Manuel Añorve, Pablo Amílcar Sandoval y el ex fiscal de Guerrero, Xavier Olea. El encuentro habría ocurrido en la Ciudad de México y en él se habló de las denuncias que conocía el abogado Olea por violación en contra de Salgado Macedonio. Cuando el presidente supo de esa reunión, se convenció de que todo era un asunto de maquinaciones políticas contra Félix y ahí se activó un elemento de solidaridad con el senador guerrerense al que ubica como objeto de una persecución y linchamiento políticos, en algo que en Palacio le llaman el “síndrome del Guasón”, porque el presidente se identifica y se solidariza fácilmente con aquellos que percibe como víctimas de campañas de persecución o linchamiento público, algo que él mismo sufrió y se siente obligado a evitar.
“El presidente no se deja llevar por periodicazos o presiones de los grupos de derecha, es un juego de vencidas, donde el presidente sintió que lo quieren doblar y está decidido a resistir”, comentó la fuente de Presidencia. Así que ni los gritos desesperados de miles de mujeres en Guerrero y en todo el país, ni los muros convertidos en monumento a las víctimas y luego derribados por la marea morada del 8M, ni los mensajes iluminados sobre Palacio Nacional o las firmas de 2,500 mujeres mexicanas destacadas, lograrán que López Obrador se mueve ni un ápice: ni en su percepción de que todo el movimiento femenino y feminista es parte de una conspiración en su contra, ni en su capricho de defender, contra viento y marea, a un presunto violador para el gobierno de Guerrero.
NOTAS INDISCRETAS…
A propósito de las denuncias en contra de Salgado Macedonio, un abogado de Guerrero, que tuvo acceso al expediente judicial de la Fiscalía de Guerrero, comentó que sólo hay dos carpetas formales por el delito de violación. La que ya prescribió, nos dijo, incluye un relato de la víctima, mientras que la que aún está abierta tiene aspectos que no se han dado a conocer. “Por ejemplo —comentó el abogado penalista— la pericial en materia de sicología, que es fundamental para establecer si existen o no secuelas derivadas de una agresión sexual está incompleta. El dictamen deriva de una entrevista que duró una hora con 20 minutos, en la que no se aplicaron las herramientas (test) o interrogatorios que recomiendan los protocolos existentes a nivel nacional e internacional, en materia de violencia de género. Parte de las fotografías aportadas por la víctima para acreditar que fue golpeada no son útiles, dado que en ellas no se aprecia el rostro de la supuesta víctima y en consecuencia pueden corresponder a otra persona. Al tratarse un aspecto estrictamente vinculado a los hechos que se investigan, se obtuvo copia íntegra del expediente derivado de la demanda presentada en la vía laboral por la señora Janette Díaz Galeana y ello permitió establecer que el 13 de enero de 2017 la parte actora recibió a entera satisfacción 90 mil pesos por concepto de indemnización derivada del despido de que fue objeto como prestadora de servicios en el periódico La Jornada de Guerrero. En atención a lo anterior, es necesario establecer contacto con la víctima directa para profundizar en lo relativo a los trabajos en materia de sicología. Ello no ha sido posible, toda vez que a la fecha se desconoce su paradero. En ese sentido, se entrevistó a la asesora jurídica, quien refirió no tener contacto con su representada desde hace mucho tiempo”. Hasta ahí la opinión del abogado guerrerense que, según su opinión jurídica, no ve muy sólidas las denuncias contra Salgado Macedonio. ¿Será que ya se prepara la exoneración de Salgado Macedonio en la Fiscalía de Justicia de Guerrero?… La alcaldía Alvaro Obregón, que es una de las tres más grandes por su padrón electoral en la CDMX con 700 mil votantes, es escenario de una intensa lucha entre los partidos. Morena enfrenta el desgaste por el caos que dejó en la demarcación Layda Sansores, quien ni siquiera terminó su encargo para brincar a Campeche, además de que el partido oficial decidió entregarle la candidatura a un bejaranista como el diputado Eduardo Santillán, que tiene graves denuncias por temas de trata de personas y que además también tiene negocios y relaciones con el exalcalde perredista Leonel Luna, que gobernó Álvaro Obregón en medio de fuertes denuncias de corrupción. Con todo y que las encuestas favorecen a Morena, la alianza opositora del PRI-PAN-PRD tendría alguna posibilidad de pelear esta estratégica alcaldía si postulara un buen candidato que pueda dar la pelea a la ola morenista. Uno de los nombres que se han manejado para candidato de la alianza es el de Alfonso Rivera, político priista que fue diputado local y subdelegado en la alcaldía y se encargó del Programa Nacional de Solidaridad que urbanizó y dotó de servicios a buena parte de las colonias marginadas de Álvaro Obregón. Rivera cuenta con apoyos en su partido el PRI y en el PRD, pero en el PAN, aunque lo apoya la dirigencia local en la alcaldía, en la dirigencia del panismo capitalino se niegan a dejarlo pasar porque tendrían que sustituir en otra alcaldía a un hombre por una mujer, para poder cumplir las cuotas de género. Hay una propuesta para que, en Coyoacán, donde la alianza está más de 10 puntos abajo en las encuestas, se cambie al hombre por una candidata mujer y se abra la puerta a un candidato como Rivera en Álvaro Obregón, que podría dar la batalla al morenista y bejaranista Santillán. Veremos si los panistas son más prácticos y si se animan a hacer los cambios para poder pelear la alcaldía que, después de Iztapalapa con 1.5 millones de electores y Gustavo A. Madero con 1 millón, es la demarcación con más votos en toda la CDMX… Los dados mandan Serpiente. Descendemos.